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Mostrando entradas de 2021

Una vez más, ayúdenme a agradecer.

Hace exactamente un año llegaba a la parroquia porque era el cumpleaños de Julio. Celebramos la misa (sin gente) y después comimos no me acuerdo muy bien qué y un postre que no me gustó mucho (perdón Lutri). Yo traía mi matera y un bolso explotado de cosas con la idea de que ya venía para quedarme. Sin embargo, en el transcurso de la comida me fui dando cuenta que en realidad me habían invitado a comer y no a vivir. Yo me hice el distraído y por interno le mandé un mensaje a Manu para que me viniera a buscar. Él terminó viniendo como a eso de la 1 y yo me fui en el primer intento fallido de llegada. Me sentí un poco perdedor, pero esa llegada fallida es ahora recuerdo de las ganas, de la ilusión y de la expectativa que tenía por este año en la famosa parroquia Nuestra Señora de la Candelaria . La llegada se concretó cuatro días después. Hoy, al cumplirse este año de la no llegada toca despedirme tal como estaba previsto al empezar . A la hora de despedirme debo admitir que conviven en

El mejor mes de mi vida

En este día en que se cumple un mes de mi ordenación sacerdotal, no salgo de mi asombro. En cierto sentido tengo todavía todo muy fresco y al mismo tiempo veo que cambió todo. La sensación que me viene a cada rato es que no sabía ni suponía que ser sacerdote en este mes iba a estar tan bueno . Me cambió todo, sí . Tengo una alegría que me desborda, también.  Miro lo que Dios me regaló en este primer mes y no me dan los números. La cantidad e intensidad de las vivencias pone en duda la distribución en tiempo y espacio. "Boludo siento que te ordenaste hace seis meses" , escribió mi hermano mayor en ese bálsamo de sentido común y afecto sincero que es el chat de los hermanos varones. Yo también siento parecido, incluso exponiendome al ridículo de tener que pensar dos veces si esa misa que celebré no fue antes del querido #30O. ¿Es para tanto? No lo sé y no quiero hacer alaraca de una agenda dudosamente llena, pero sí descubro una profundidad de mi sentir. Todo se siente con tod

Ayúdenme a agradecer

Familiares y amigos, permítanme dar un paso más y pedirles su ayuda. Hoy les pido que me ayuden a agradecer. Les pido que nos unamos en esta oración para dar gracias a Dios. Y más aun, para vivir y crecer en la conciencia de que todo es don ; “todo esto es un regalo” , canta el poeta. Todo es don de Dios . Es Dios el que permite este encuentro; el que buscó el mejor momento para esta fiesta agitando ansiedades y nervios de alguno (los míos). Es Jesús el que me llamó, me acompañó y me envía. Para estar-con Él. Ayúdenme a agradecer a los distintos institutos y comunidades de mi Familia de Schoenstatt. Ayúdenme a agradecer a Dios por este carisma compartido que a todos nos sobrepasa . En nuestra diversidad, vamos juntos en la misión de que muchos más reciban el regalazo que Dios hace con el padre Kentenich, la Alianza de Amor y el Santuario. “ El todo es superior a la parte” , diría Francisco.  Ayúdenme a agradecer a Dios por este coro. Fíjense cuánta fe les tenía que estos agradecimi

Quiero invitarlos

Este sábado 30 de octubre a las 11, en Florencio Varela será mi ordenación sacerdotal . En el décimo año desde el inicio de mi formación, de mi camino, llega el día más esperado. Me han escuchado hablar del llamado, de distintos momentos de mi camino y de lo que esto fue generando en mí. Bueno, en realidad todo queda bastante sujeto al día de mi ordenación . La ordenación es el epicentro del terremoto de mi vida. Es el núcleo fundamental de mi mundo. Llega a lo profundo de mi ser, pero repercute hasta las dimensiones más superfluas de mi existencia. Ya está pasando. En términos metafísicos se dice que hay un cambio en mi ser. Quiero invitarlos a ser testigos de este milagro. Sin embargo, admito que lo que más me sorprende y lo que más motiva la invitación no es tanto lo que pasa conmigo, sino lo que Dios hace en mí. Ad puertas de la ordenación reconozco que este camino fue sacando lo mejor de mí . Más aun fui descubriendo más bien de lo que mismo que creía que podía dar, que podía s

El quinto evangelio

Después de la Resurrección, la vida entera cobró otro significado. Fue posible caer en la cuenta de cuanto habían vivido. El compartir historias, relatos -no exentos de exageraciones-, un resultado natural.  El proceso de revisión y socialización de lo que habían vivido, llevó años. No fue un ejercicio aislado ni de escritorio, sino que se hizo en comunidad. Comunidades fundadas por los evangelistas, que los trascendieron también a ellos. El resultado acabado, los cuatro evangelios. Esto, lejos de hacernos tomar distancia del mismo Jesús, nos lo acerca: escribir el Evangelio es compartir lo vivido – la vida - en perspectiva creyente . ¿No es ese un poco el proceso de lo que hemos vivido en estos días?  ¿No podremos nosotros también escribir un quinto Evangelio? Se escribe de lo que se vive; y nosotros vivimos muchísimo de lo que está escrito en los evangelios. Galilea huele a Evangelio . “Todos los días hay un evangelio nuevo” , dijo alguien en el cierre. Un Evangelio que habla de espe

Regalo de ordenación

“El cristiano debería ser un eterno asombrado. Un constante maravillado de lo que Dios va haciendo en él y en el mundo.” Rossi, A. “Pequeños gestos con gran amor” p.20 Para cuando sea cura no quiero que me regalen auto, dinero ni tecnología. Alguno pudo respirar aliviado . Cuando sea cura quiero que me regalen una mirada . No se si será más de una. Tampoco tengo claro el modo de cuantificarlo. Aunque suene extraño para el día que sea cura les pido que me regalen una mirada. Sí a mí. Que me regalen una mirada que probablemente se mezcle con la de otros, que se confunda con la de otros, que se entrecorte con la de otros, hasta encontrarnos nosotros . Quiero que me miren, pero no para ser el centro de atención . Saben que me cuesta muchísimo y es un tema que ni siquiera los años de formación pudieron destrabar. Díganme “estrellita” y verán el daño que me hicieron, que me hacen o que me podrán hacer. Aun así, les pido que me regalen una mirada. No les pido una mirada común y corrient

Coronita

Sentí un poco de vergüenza cuando me di cuenta. De pronto me estaba armando un cuento paralelo . Una realidad imaginaria. La fantasía puede ser un refugio. A la larga, la realidad se impone. Tal vez sea una estrategia para diluir responsabilidades o culpas o como quieran decirlo. Pero veo una amenaza para los cristianos abusar de ese refugio. Teníamos coronita . Pretender conservarla hoy es tan absurdo como ser monarcas en tiempo de república. Como esos cardenales que tienen a cargo una diócesis que en realidad no existe. El lado positivo de este recalcular es el énfasis en vivir un seguimiento de Jesús más encarnado en este tiempo, en esta cultura, en este mundo. Más encarnado a secas. Si este mundo está atravesado por la pandemia, ¿cómo pretender estar al margen? Hermosa tentación. "Y si buscás un obispo más benévolo" , me sugirió alguno. La realidad se impone y te caga a bifes más allá de la benevolencia . Sentí vergüenza como aquella vez que vi a un ciruja bien abrig

Dónde está el resucitado

  “¿Dónde está el Resucitado?” , la señora me preguntó. No supe responderle más por sorpresa que por equivocación. No vayan a pensar que la señora no estaba cuerda, sino que era recta su intención. Si hay imagen -lindísima- del crucificado, bien podría haber una imagen del resucitado ¿Podría ver una imagen del resucitado? No llegué a formularle nada, pero su preocupación resonó en mi interior. Con un poco del paso del tiempo y otro poco de oración quisiera a su inquietud responder hoy. Vea señora el pasto del campo. No le pido que vaya a la Pampa, alcanza un pedazo del jardín. (A menudo lamento ir al Parque Avellaneda menos de lo que quisiera). Vea cómo entre el pasto reseco hay una hierba viva. Se resiste a la muerte de quienes están alrededor o tal vez ya resucitó. Sé poco de jardines, de pastos y de campos, pero algo me dice ese pasto que resiste, que saluda, que sonríe entre tantos reseco ¿Será una herejía decir que ese pasto me habla de la resurrección, es imagen de la resurre

Gobiernos de imperfectos

Un tiempo después de recibirme de licenciado en ciencias políticas, tal vez estando ya en el seminario, me di cuenta de que lo que realmente me gustaba de la política era eses espejo de dinámicas humanas. La política como una gran metáfora de lo que somos, de lo que sentimos, de lo que deseamos . Así me gusta ver la política: aunque pueda pecar de naive , me gusta ver la humanidad. Tal vez sea deformación profesional: lo auténticamente humano deja ver lo divino . Yendo al grano. El caso de las vacunas VIP nos vuelve a enrostrar la torpeza de nuestra clase gobernante. Torpeza que por cantidad bien podrían calificarse de otro modo. Torpeza que se parece mucho a los beneficios de los amigos del poder del gobierno pasado. Algunos le dicen corrupción y Sartori les daría la razón. Cada hecho nos frustra y golpea la alicaída confianza en la clase gobernante . Para los fanáticos es tan fuerte que obliga a unos vericuetos lingüísticos notables para disimular. Se multiplica la indignación (est

La despedida que no queríamos hacer

  Vamos a sincerarnos. La pandemia nos metió en un mar de incertidumbre que la aprovechamos a nuestro ingenuo favor. El no tener la claridad de cuándo ocurriría la despedida nos hacía disimular lo que cuestan. Nos hacíamos los distraídos y nos salió bien durante un tiempo, pero como en tantos campos de la vida, Disney no es para siempre y ahora toca despedir a Manu. Esta despedida “a las apuradas” también da una buena excusa para tal vez no estar a la altura. En estos días con muchos nos preguntábamos ¿cómo hacer una despedida a la altura de lo que Manu hizo por nosotros? ¿cómo retribuir esto? ¿Cómo agradecer tanto bien recibido, compartido? La misa fue extraordinaria y religiosamente es el mejor modo de dar gracias. ¿Por qué cuesta tanto despedir a Manu? Permítanme la metáfora futbolera. A lo largo de estos años fue el capitán de nuestro equipo. Fue el alma de este equipo. Se comprometió con la institución y si era necesario pelearse con dirigentes para defender los intereses de

Amanecer después de fiesta

Llegué en ese momento en que el medio borracho se abraza al whisky y tiene la corbata de vincha. Es ese momento en que  las exigencias del tiempo, de la vida, de este año  ceden ante  el jolgorio . Hay fiestas para celebrar y otras para olvidar. Se estaba terminando un año eterno que prácticamente lo empecé siendo ontológicamente otro. Bueno, no tanto. Ahí llegué. Otra manera de verlo es que llegué demasiado temprano para el nuevo día y sin rayos de luz que permitan avizorar si tendremos un día nublado o soleado. Usemos la imagen que usemos: acá estamos, acá somos y por lo mismo acá estaremos y seremos. No tiene mucho sentido hacerse planes ; alcanza con achuntarle si se juega con baraja española o de poker. Dependiendo del juego las mismas cartas pueden hacerte ganar o perder. Caminando entre papel picado, voy descubriendo lo que pasó, la historia que también ahora soy. Me subo a un tren que nunca está frenado, aunque vaya lento. Me subo en la estación Floresta, obvio. Es un pri