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Mostrando entradas de 2022

Viaje al corazón joven

El misterio del hombre se revela en el misterio de Cristo. Por lo mismo, el misterio del hombre es acceso a Cristo. Son caminos sutiles, no siempre conscientes que me adentran en el mundo religioso de una manera nueva. Estar en presencia de Dios no solo lleva a hacer la señal de la Cruz, sino también a detenerse, descalzarse y ver ese fuego que no se consume. Me acerco con admiración, con agradecimiento, con asombro y también con pudor. Por eso me hago servidor, testigo, compañero y tal vez amigo; pero nunca te voy a pedir que charlemos. El misterio, es don,   es Tierra Sagrada. A esta tierra me dio acceso a la escuela. Ahí donde se combaten los miedos y un Dios inculturado alienta en lenguaje juvenil con un "no seas cagón". Porque ahí hay suficiente material para poderle hacerle frente al qué dirán. Porque la vida se vuelve insípida si dejas pasar tantas aventuras. Se combaten los miedos y se vencen comodidades. Hay ánimo para vivir. Es preciso que el adulto lo mata el niño

Un camino misionero

Con la misa del día de hoy vamos cerrando este fin de semana inolvidable que Dios nos regaló a través de las misiones Totus Tuus (la misión de los chicos y chicas de los últimos dos años del colegio) y Manus Mater (la misión para varones y mujeres de más de 22 años). Providencialmente , como una de ustedes aprendió en este fin de semana, este cierre coincide con la fiesta de la Asunción de María a los Cielos. En esta fiesta, la Mater nos muestra un camino . Una vez más, la Mater nos muestra el camino al cielo . Se nos muestra así que la vida es un camino, es proceso, es en la historia. Y por lo mismo se nos muestra así que la vida de fe, el seguimiento de Jesús, es camino , es en proceso, es en la historia. Por eso mismo yo valoro mucho la presencia de misioneros de los dos grupos misioneros. Los más chicos con este fuego del primer amor. Los más grandes que nos recuerdan que la misión no es una etapa que termina ¡Gracias misioneros de Manus Mater por estar acá! ¡Gracias por el test

Toma de túnica 2022: está pasando

Una vez más, ayúdenme a agradecer. Del 15 al 18 de Julio anduve por Paraguay en ocasión de la toma de túnica, del inicio formal del noviciado de mi comunidad. "Anduve" , nunca mejor dicho porque fui en auto atravesando el país durante casi 16 horas inolvidables con un desconocido compañero de viaje al que pude (re)conocer en el encuentro (con el Otro). Ir a Paraguay es volver a una parte de mí . A la vez, cada vez más, me pasa que ese regreso no me detiene en la melancolía que pesa, sino que anima la pasión por mi presente. De estar hoy acá habiendo estado allá. Gratitud por el camino recorrido, por el camino que Dios hizo conmigo. Suele ser natural que los mayores vean el presente lamentando aquel pasado que era mejor. Me sorprendo reconociendo que el presente es mejor. Y no por detenerme en un victimizante o sufrido pasado; de hecho, soy fana de (mi) historia. Por el contrario, Dios regala la gracia de poder ver que están pasando muchas cosas buenas , muy buenas, por las qu

Rodrigo Bueno y Cristo Amigo

Integración Mientras comía un plato característico de la cocina peruana con dos amigas, se me acercó un vendedor de medias. La escena no tendría nada de original para nuestro mundo si no fuera por el contexto: estábamos en el corazón del Barrio Rodrigo Bueno. Este es el emblema de la política de vivienda que viene implementando el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Donde antes era una pura villa, hoy esta se mezcla o se acomoda entre modernos edificios que no tienen nada que envidiarle a lo que pasa del otro lado de la Avenida España. “Esto es integración” , me dijo Delfi sacando pecho. Yo fácil de entusiasmo registré ese momento para los días siguientes como una excelente definición de integración: que lo que pasa en otros barrios, también pase ahí . En oposición, lo contrario a integración es el gueto, el rancho aparte, la desconexión o vivir en otra . A la salida de mi visita también me sorprendí con un hombre durmiendo en la entrada de uno de los nuevos edificios. Situación de

Paz en la tormenta

Me considero una persona espontáneamente optimista. La vida me fue enseñando que siempre hay razones para la esperanza . Viví que incluso los golpes más duros que te puedan pasar no tienen la capacidad suficiente para bloquear la posibilidad de ser felices , la posibilidad de una vida llena de sentido. Eso no impide reconocer la tormenta en la que navego, en la que estoy y que me une a toda la familia humana. La tormenta en la que se encuentran padres y madres que aprenden a serlo a la par del crecimiento de sus hijos “¿Qué hago padre? ¿lo mando o no lo mando?” , me preguntaron en la previa. Estuve muy tentado en pedirles que se hagan cargo, que no deleguen la paternidad y que en realidad no tengo la más pálida idea. Preferí callar. Sencillamente no sabían . También callé la presión que me generaba pensar que iba con algunos chicos obligados y con padres inseguros. La tormenta en la que padres y madres ven navegar a sus hijos con el temor latente de que naufraguen. Con ese equilib

A mí, a todos.

Habrá sido en el año 2005; o tal vez un año antes o un año después. La Semana Santa me encontró misionando en el pueblo de Antinaco, en La Rioja, a la base del Cerro Velasco. Me quedó grabado hasta el día de hoy la emoción de un joven sacerdote que celebraba su primera semana santa. Se trataba de José Gette, un jesuita de pocas palabras y de una hondura especial. “Es la encarnación del Espíritu Santo” , lo describieron acertadamente en la Revista Reflejo del colegio. “Es el rostro de la bondad” , me recordaron en estos días. Mi mirada adolescente no terminó de registrar la profundidad de ese momento , pero sí conservó la conciencia de estar ante algo importante. Le pasaba a él. Nos pasaba un poco a todos nosotros . Mi mirada adolescente en realidad había registrado mucho más. “Celebrar mi primera semana santa acá hace que no me la olvide más” , dijo al pasar. O al menos yo registré que dijo. *** La señora se quejaba porque le exigían trabajar para cobrar el plan mientras que al re

En la escuela de MTA

En mi última misión antes de entrar al seminario fui rector de MTA. Algo desbordado porque no todo pasaba como mis afanes de control esperaban, exigían y querían el entonces asesor de la misión, el p. Facu, me ubicó con esas máximas que perduran para siempre: “MTA es escuela” . Desde esa perspectiva no interesaba que todo funcionara a la perfección sino que sea una ocasión de aprendizaje, de crecimiento en la fe, en la vida, en la propia personalidad. Varios años después cuando me va tocando ponerme en el lugar de Facu, sin ponerme colorado, vuelvo a esa gran verdad cuando no todo sale como esperábamos, pensábamos o suponíamos. Misionar en tiempos de pandemia . La escuela de MTA se parece mucho a estudiar en la UBA: entras con un objetivo claro, pero a la larga te terminas dando cuenta que ese objetivo inicial es tan importante como lo que va pasando en el camino. La fe no es una foto, es la disposición para estar en movimiento . La sensación es que a veces se aprende más anotándose e