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Mostrando entradas de septiembre, 2008

Posmisión

Un lugar comun es... volver de misionar y no pensar cuánto nos cambió. A continuación unas líneas para salir de eso y tomar coraje para pensarlo. A la vuelta de la misión está la posibilidad de caer en un Lugar Común . No es este el momento para definirlo sino más bien para interpelarnos a cada uno de los que hemos misionado alguna vez con una pregunta sencilla: ¿qué nos cambió la misión? Puede que se te escape alguna gotelli … no hace mal, belu como algo normal. Se lo quiero preguntar a todos. No importa que no seas Molina o Mazzinghi . Lo pregunto como hermano misionero. A mujeres y a chaval es. A jóvenes y a niños. A grandotes y a pitufos . A los que viven en casa y en la torre . A los pobres y a los richards . Te lo quiero preguntar a vos amigo argentino, chino o catalán . Te lo pregunto y te pido que no le ussher a la cuestión. Me importa un bledel que me tilden de pesado o que me pidan que no me in jere en esos asuntos. Pero creo que nadie puede escapar de replantearse esto

Amor de oficina

Un lugar no es comun cuando el amor aparece en la oficina. Es que el amor de oficina tiene mucho de eso. Del amor imprevisto. En el amor al principio se tienen aspiraciones de diez y no puede pensar en salir con alguien de la oficina. Hasta alguna vez llegamos a rezar para eso: a San Antonio, a San Expedito, a San Juan y hasta santos menos conocidos como San Sone . Pero en el medio se puede colar el amor. No ce ci es frecuente. Ba, ez obvio. Todos conocemos amores de oficina, como una consecuencia lógica de la convivencia. Es posible lograr en la oficina descubrir a alguien en quie n ayar ese amor. Dificil, no hay dudas, pero poniendo ripa y corazón es posible. Cuando el amor da un cassotto a la puerta, se abandona la soledad y uno de rocha intenciones para encontrarse con ese amor. Lo mismo da si es Yraola o Gonzalez . Insisto en que es difícil y que hace falta que uno se es mere . Todos tenemos un ángel (no necesariamente Gabriel ) que nos despierta de la modorra del Lugar Com

Castigos escolares

Un lugar comun es... marcar las indisciplinas a través de métodos ya probados, pero de dudoso efecto. Antes de empezar quisiera partir agradeciendo a tantos co-habitantes que han pasado por acá y que nos hicieron “blogs amigos”. En el día de hoy se me ocurre indagar en otro posible Lugar Común al que caemos –o nos empujan- con frecuencia: los castigos educativos. Nadie puede cuestionar el valor de la educación y el ejercicio de libertad constante que siempre supone. No se preocupe, yo tampoco lo haré. Los invito a mirar aquello que rodea la educación: las formas y las palabras. Educar es una ardua tarea que nadie puede decir que tenga el método perfecto para lograrlo. Ante esta situación son muchos los que caen en Lugares Comunes como el método perfecto para retar. Nadie sabe si es la mejor manera, pero al menos da la seguridad de todo Lugar Común . Adelante. Pasen y vean. Ya en el jardín la seño nos invitaba al rincón cuando golpeábamos a un compañero ¡Al rincón! ¿Qué absurdo? ¿No

Principio de Incertidumbre

Un lugar comun es... renunciar a lo imprevisible, a los imprevistos de la vida, "a lo que pueda pasar"; en definitiva es escaparle a lo que Ismael Serrano llama 'Principio de Incertidumbre'. En la vida 'puede que todo siga igual, también puede que no sea así', en la medida en que le escapemos al Todo Común. Puede que las redes traigan cuellos rotos, negras plumas de cormorán, que tiemblen los semáforos, las radios callen y se derrumbe la ciudad. Puede que te saque de mis brazos tu marido o el despertador, que te interrumpa el desayuno el vuelo de un B-52. Puede que todo siga igual. También puede que no sea así y encuentres el mercurio de mi voz empapando tu contestador, y florezcan los olivos en el valle de Hebrón. Puede que te queme el hielo, o la luz del televisor. Puede que te cite el parlamento y decrete el blanco y negro, que sonrían ángeles heridos en la sección de sucesos, que alimentándose de humo se quiebre cual cristal esa mujer. Que trepe una serpie

Crónica del desencuentro II

Un lugar comun es... la noche de hombres y mujeres preparándose para desencontrarse ¿Dónde están los hombres? Este Viernes Male puso casa. Hace unos minutos que las agujas marcaron que la una se había superado. Junto a ella están dos amigas de toda la vida. Delfi y Loli. Aprovechando que Male estaba sola fueron a su casa a comer, o al menos con esa intención. Es que se engancharon con la televisión y no pudieron ponerse de acuerdo qué hacer. La conclusión fue rápida: saltearse la comida y atacar directamente a los bon o bon que la madre de Male tan bien guarda en la alacena. Cuando ya no habían dejado ni migas de eso empezaron a caer “las chicas”. Todas fueron al mismo colegio, aunque no todas son íntimas amigas. Por eso llegan a distintos horarios. Mary, siempre suelta y divertida, entra con gritos de dolor. “No lo puedo creer le afané estas botas a mi hermana y me están rompiendo el dedo gordo, ¿Male no tenes nada para prestarme”, pregunta mientras frunce el ceño. “¿Tu hermana deja

Crónica del desencuentro

Un lugar comun es... la noche de hombres y mujeres preparándose para desencontrarse ¿Dónde están las mujeres? Viernes a la noche. Faltan pocos minutos para la 1. Y ahí están ellos. Los mismos que se juntaban en el secundario a jugar a la pelota todos los fines de semana, ahora se sientan alrededor de la mesa. Son como diez. En la mesa de comedor hay un mantel desteñido que amortigua las volcadas de fernet y birra sobre la mesa de madera lustrada. Ahí están ellos. Todavía sobrios, Tomy habla del equipo de fútbol, su desempeño personal y evalúa el desempeño grupal. Acusa a unos y destaca a otros. La campaña del equipo no era tan buena como la de años anteriores y por eso este viernes –en realidad como los anteriores y los posteriores- merecen un mea culpa. “Guille no puede jugar más, cada día está más gordo”, alienta uno. “Si Nico no larga la pa** no puede seguir jugando de cinco”, acusa otro. “No, no... el problema es el arquero”, se escucha por lo bajo. “No muchachos, ya vendrán tiempo

Sigamos bailando

Un lugar comun es... buscar acercarnos a las mujeres a través del baile. En este camino de pensar y entrar en los lugares comunes hoy quisiera detenerme en un lugar común que nos afecta a todos: el baile. No me refiero al baile clásico de algún mariposón con trajes que le marcan el cuerpo, sino al baile como el modo de comunicación y de relación con el sexo opuesto ¿Alguna vez alguien pensó en esto con un poco de objetividad, tratando de salir de lo común que nos resulta salir a bailar? Somos herederos de una larga tradición, de una larga historia de hombres y mujeres que se vincularon por el baile. No tengo idea quién habrá sido el primero. Pero la verdad es que aquella persona que lo inventó, lo definió o la impuso fue, como mínimo, un desgraciado. No quiero que con esto me tilden de conservador, de tipo raro o de anticuado. Sencillamente pretendo dar una mirada común sobre un lugar común, pero que en realidad no es nada común. En definitiva esto es tratar de mirar con un poco de obj