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Mostrando entradas de mayo, 2020

Crónica de lo insignificante

Me gusta cada mañana levantarme venciendo a la modorra tempranera que parece condenarme a estar el resto del día entre las sábanas. Es una Pascua cotidiana . Me gusta levantarme especialmente temprano, a esa hora en que el silencio se escucha. En la capilla de casa por la ventana entran otros sonidos. Durante el día se escucha el pelambre entre vecinos, la música de algún festejo que siempre parece en la casa más próxima, los fuegos artificiales que anuncian la llegada de la merca y el aviso de los almuerzos que trae la Municipalidad. A la mañana no se escucha nada importante . Escucho pájaros que cantan. La rosa solitaria de la entrada de casa sigue sobreviviendo a los ataques de los gatos y al olvido de este jardinero. El sol tenue pronostica un día hermoso. Las casitas toman su color con el transcurso de los minutos. Pasamos todos de la oscuridad a la luz. En lo posible yo no hablo: miro, escucho, tomo el mate que me hago o que Pedro me ceba. A veces juego a que la primera palabra

Un Reino para todos

El Reino viene a nosotros desdePuente Alto . Viene instaurando un reino de solidaridad . Lo hace sin recortes ni diferencias recordándonos su destino universal. Es su fuerza evangelizadora la que tiene un destino universal. Al final, acá o allá, la humanidad es la misma. “ En contra de la tendencia al individualismo consumista que termina aislándonos en la búsqueda del bienestar al margen de los demás, nuestro camino de santificación no puede dejar de identificarnos con aquel deseo de Jesús: «Que todos sean uno, como tú Padre en mí y yo en ti» (Jn 17,21)” EG146. Unidos y semejantes en la santidad; o individualistas y diferentes en el infierno. En las semanas que llevo acá aprendí muchas cosas, pero sobre todo aprendo de humanidad . De aquello que nos hace humanos trascendiendo toda posible diferencia. Es más fácil descubrirlo en Puente Alto: todos vivimos sin filtros y más expuestos . Aun cuando se conservan ciertos códigos implícitos de prudencia y pudor, no hay lugar a las s

Un reino de Solidaridad

Hace unos días comentaba que el Reino de Dios se estaba haciendo presente en y desde Puente Alto. No quisiera caer en lecturas meramente románticas o bañadas de ingenuidad. Más bien, no solamente eso. Por el contrario, es claro que la venida del Reino no implica la superación de todo mal . De todas maneras, el Reino de Dios está viniendo. Y viene en estricta coherencia con lo anunciado por Jesucristo y por lo prometido a través de los profetas.   Yo Juan, soy testigo de eso y quisiera dar testimonio. Una de las palabras que caracteriza este reinado de Dios es la solidaridad . Estos tiempos de pandemia han hecho resucitar esta palabra. Es que “la palabra «solidaridad» está un poco desgastada y a veces se la interpreta mal, pero es mucho más que algunos actos esporádicos de generosidad. Supone crear una nueva mentalidad que piense en términos de comunidad , de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos ” EG 188. Viene a nosotros el Rei