Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2015

Amenazas y propuestas ante el Año de la Misericordia

La apertura del Año de la Misericordia a la que el Papa nos invita este 8 de diciembre viene dando vueltas en mí algunas vueltas en mi cabeza y en mi corazón (que como explicaba hace un rato, al final son lo mismo ). Me genera sensaciones esquizofrénicas. Por un lado me entusiasma enormemente, me da la impresión de que puede abrir una nueva etapa para toda la Iglesia en sus acciones y en sus autocomprensiones.  Si el llamado y la Bula fueron revolucionarias y despertaron harta sorpresa, ¡cuánto más puede ser un año vivido desde ahí! Al mismo tiempo, me da un buen susto que terminemos por licuar esta potente propuesta. En concreto quiero compartir cinco amenazas que veo que nos pueden atacar, empezando por mí. Y con esto también pedir ayuda para que todos como Iglesia que es pueblo y peregrina juntos, podamos sacar provecho de esta invitación de Dios. 1. Una misericordia que se hace lugar común. Ustedes ya saben mi recurrente preocupación en este sentido. Algo se vuelve lugar

Corazón, camino para comprender al hombre.

El tema y el título del trabajo es Corazón camino para comprender al hombre . La motivación para este trabajo es cómo comprender al hombre. Por eso no es un trabajo que se enfoque en qué es el hombre sino en cómo comprender al hombre. Yo juego con la imagen, desde el título, del camino que se traza desde el corazón. Lo encontraba de la mano de Rahner: él presenta la imagen del corazón y desde ahí se abre una puerta para comprender al hombre. ¿Esto de qué viene? Escuchamos la pregunta por el hombre desde distintas disciplinas. Presentando el corazón como camino, descubrimos al hombre desde  tres líneas que nos ayudan a responder cómo comprender al hombre. Aparecen cuando Rahner se pregunta por el corazón. En primer lugar se muestra al hombre como una totalidad. Al pensar al hombre desde el corazón nos encontramos con una totalidad. Por momentos Rahner va a hablar de unidad y otras de totalidad, pero a mí –como lo explico en el trabajo-, me suena mejor hablar de totalidad. Cuando u