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Mostrando entradas de 2015

Amenazas y propuestas ante el Año de la Misericordia

La apertura del Año de la Misericordia a la que el Papa nos invita este 8 de diciembre viene dando vueltas en mí algunas vueltas en mi cabeza y en mi corazón (que como explicaba hace un rato, al final son lo mismo ). Me genera sensaciones esquizofrénicas. Por un lado me entusiasma enormemente, me da la impresión de que puede abrir una nueva etapa para toda la Iglesia en sus acciones y en sus autocomprensiones.  Si el llamado y la Bula fueron revolucionarias y despertaron harta sorpresa, ¡cuánto más puede ser un año vivido desde ahí! Al mismo tiempo, me da un buen susto que terminemos por licuar esta potente propuesta. En concreto quiero compartir cinco amenazas que veo que nos pueden atacar, empezando por mí. Y con esto también pedir ayuda para que todos como Iglesia que es pueblo y peregrina juntos, podamos sacar provecho de esta invitación de Dios. 1. Una misericordia que se hace lugar común. Ustedes ya saben mi recurrente preocupación en este sentido. Algo se vuelve lugar

Corazón, camino para comprender al hombre.

El tema y el título del trabajo es Corazón camino para comprender al hombre . La motivación para este trabajo es cómo comprender al hombre. Por eso no es un trabajo que se enfoque en qué es el hombre sino en cómo comprender al hombre. Yo juego con la imagen, desde el título, del camino que se traza desde el corazón. Lo encontraba de la mano de Rahner: él presenta la imagen del corazón y desde ahí se abre una puerta para comprender al hombre. ¿Esto de qué viene? Escuchamos la pregunta por el hombre desde distintas disciplinas. Presentando el corazón como camino, descubrimos al hombre desde  tres líneas que nos ayudan a responder cómo comprender al hombre. Aparecen cuando Rahner se pregunta por el corazón. En primer lugar se muestra al hombre como una totalidad. Al pensar al hombre desde el corazón nos encontramos con una totalidad. Por momentos Rahner va a hablar de unidad y otras de totalidad, pero a mí –como lo explico en el trabajo-, me suena mejor hablar de totalidad. Cuando u

2. La Pascua Chilena

La presente nota continúa una serie de textos titulada: "Chilenos. Apuntes para comprenderlos (y quererlos)" a través de las cuales busco meterme en la cultura chilena. Como alguna vez alguna buena catequista me explicó, Pascua, es paso. El pueblo de Israel encuentra en el cruce del Mar Rojo un hito que trasciende el momento específico. Es el momento de la Pascua. La Pascua católica también habla de un paso: el que hace Jesús de la vida a l muerte y de la muerte a la Resurrección. De estos episodios lo que menos importa es la historia en sí misma sino su significación histórica. Dicho en otros términos, no interesa tanto el análisis de los detalles o la pregunta por la veracidad sino más bien lo que esta historia recuerda. Es un pueblo que era oprimido y que con este paso se produce la liberación y un futuro esperanzador.  Es la fuerza de verdad que tienen los mitos. (…) Pero no es mi propósito hablar de los mitos ni de las Pascuas. El reto de estos relatos es comp

La historia de Pipo

Seguramente te acuerdes de Fermín , Nacho , Ricardo  o de Joel : personajes queribles de los que te conté alguna vez. Bueno, ahora te quiero contar de otro ¿amigo? Se trata de   Pipo . Bueno en realidad así le dicen a este buen hombre. Es conocido en su pueblo de ese modo no porque la gente haya querido sino porque él siempre se presentó así. Algunos dicen que en realidad se llama Juan Domingo, pero que su opción política diferente a la de su padre lo obligó a cambiarse de nombre. Juan Domingo, claro está, es Perón. La historia parece posible, pero de todas maneras no suma muchos elementos al cuento. Vamos a quedarnos con   Pipo   nomás, sin tanta necesidad de detalles.   Pipo   trabaja y vive en un almacén en la Provincia de Santa Fe, en Argentina. La localidad es Murphy y queda cerca de Venado Tuerto. Serán como 300 kilómetros de la Capital Federal. La historia de   Pipo   es la de tantos argentinos que vivieron durante años trabajando como peón de estancia. Zona de buenos campos,

Hablemos I

- Encendé la luz. Afuera parece que está lloviendo. - Y si es afuera que está lloviendo, ¿para qué mierda me pedis que prenda la luz adentro? - No se. Tal vez haya quedado algo afuera. - Dale, no seas pendejo. Son las cuatro de la mañana ¿o me vas a decir que tenés miedo a la lluvia? - No, Federico. No. Solamente digo. Después el viejo putea cuando se mojan las cosas de afuera. - No me jodas. Está lloviendo desde hace dos horas. Lo que se mojó ya está mojado. - Bueno, pero recien ahora me despierto. - Sí y también me despertaste a mí. - Bueno Fede, andá a cagar. Yo me voy a despertar y me voy a fijar si llueve fuerte.  Pero si hay alguna de tus mierdas mojándose, no pienso mover nada. - No vas a poder. En el fondo sos buen chabón Diego. - No importa ser bueno. Lo que importa es hacer el bien. *** - Cuando Papá era más joven, él me decía que tenía que esperar a encontrar a un buen chico para casarme. Aunque te parezca una boludez, esa idea

Un Jesús humano o un cristianismo de PlayStation

El Viernes Santo con la Liturgia de la Adoración de la Cruz nos deja picando la pelota para adentrarnos en la humanidad de Jesús. Es que en pocos momentos de su vida la humanidad queda tan evidenciada como en el día de hoy. Tan potente es su humanidad que hoy Jesús murió. Y esto no es un decir, no es una representación, no es una metáfora. No. Jesús hoy muere ¿Nos damos cuenta de lo que esto significa? Hay que meterse. Muchas veces tengo la impresión de que anunciamos a un Jesús flemático. La repetición anual de la Semana Santa no nos ayuda. Terminamos acostumbrados y con la sensación de que cada día es parte de un trámite para llegar al domingo. Un Jesús flemático es un Jesús que agacha la cabeza y pasa sin mostrarse demasiado, sin sentir demasiado, sin afectarse demasiado. Es un Jesús pasivo y mero receptor de hechos que tajantemente debe seguir porque así lo determina la voluntad del Padre ¿Es que a este tipo no le entran balas? No es posible afirmar un Jesús tan ajeno a

El juego de las medias

Cada domingo o lunes, Raquel sin saberlo me somete al juego de las medias. Especifico que lo hace sin saber porque realmente ella no lo promueve como un juego sino que le sale así. Incluso creo que si en algún momento se entera de que para mí esto es un juego, cambiaría de estrategia. Raquel es una muy buena mujer, pero conmigo no se lleva del todo bien. Desde el día en que empecé a lavarme mis calzoncillos yo mismo, ella –como encargada de la lavandería- me miró con distancia. Es difícil explicar que lo mío no es desprecio sino ¿pudor? El juego de las medias se desarrolla de la siguiente manera. Durante una semana el jugador, es decir yo, acumula todas las medias dentro de una bolsa de red. Llegado el domingo se deposita bien cerrado en un canasto de plástico con el título y el dibujo de “calcetines”. Calcetines y no medias. Es distinto y no sé si es mejor o peor. Lo que es seguro es que si llego a preguntar seguramente tendrán una enorme explicación para demostrarme lo ignoran

1. Hay chilenos y chilenos

La presente nota continúa una serie de textos titulada: "Chilenos. Apuntes para comprenderlos (y quererlos)" a través de las cuales busco meterme en la cultura chilena. Cuando hace unas semanas les mostré mis primeros apuntes a algunos amigos de diversas nacionalidades recibí varios comentarios no siempre elogiosos y un estímulo a empezar por acá haciendo una precisión ¿Quiénes son los chilenos? (…) Mi objeto de estudio será construido. Por eso mismo puede ser que deje de hablar de los chilenos y empiece a hablar de los cientos o miles con los que me he topado desde que vivo de este lado de la Cordillera (…) La pregunta acerca de quiénes son chilenos no solamente me inquieta a mí: (…) el ser chileno es uno de los máximos valores que sienten los chilenos. Esto tiene manifestaciones cotidianas en donde nada de lo auténticamente chileno puede ser puesto en crítica: ni la música, ni los asados, ni los paisajes, ni el fútbol y mucho menos la economía. Si es totalmente chileno

0. Un argentino mirando a los chilenos

La presente nota inicia una serie de textos titulada: "Chilenos. Apuntes para comprenderlos (y quererlos)" a través de las cuales busco meterme en la cultura chilena. (…) Mirar a los chilenos es algo nada frecuente en la gran mayoría de los argentinos. (…) Forzar a un argentino a hacer un juicio sobre los chilenos implicaría un esfuerzo similar a tener que emitir un juicio sobre Ecuador, Panamá, Costa Rica o Bélgica. Tan cerca y tan lejos. Este primer dato puede incomodar y hasta sorprender a los chilenos, pero no quiere tener una carga más que la pura descripción de una realidad: para el argentino medio Chile es nada. En virtud de esa posible incomodidad quisiera justificarme. En el ámbito deportivo desde donde muchas veces se disparan rivalidades o amistades (…) Argentina siente que compite con Brasil (…), con Uruguay hay una cierta rivalidad por un estilo futbolístico diferente y por un amor no correspondido. Fuera de estos dos países, Argentina mira hacia afuera.

¿Qué te pasa Argentina? No sos vos...

Punto de partida Cualquier análisis que se pueda hacer de la actualidad Argentina no puede pasar por alto una necesidad: lamentar la pérdida de Nisman. Y no porque sea San Martín o Jesús, sino sencillamente por las circunstancias. Dicho eso me resulta entre atrapante y perturbador hacer el ejercicio de dejarse interpelar por los acontecimientos. Hacerlo en los límites y beneficios que dan los kilómetros y las montañas que me unen a mi país. Hacerlo desde lo personal, pero sin olvidar el firme anhelo que Dios puso locamente en mi corazón de ser sacerdote, padre al servicio de la Alianza. Desde aquí, ¿cuáles son los reales motivos de preocupación? ¿Cuál es el debate de fondo? ¿Qué intereses están en pugna? ¿Cuál es el riesgo? No es él… El problema de Argentina y de los argentinos no es Nisman. No me siento un ignorante afirmando que hasta el 13 de enero no tenía idea de su existencia. No me siento un insensible admitiendo que nunca fui ni a un solo acto pidiendo justicia ni p