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Mostrando entradas de junio, 2018

La culpa de los buenos

La angustiante imagen de Lionel tapándose la cara mientras sonaba el himno me paralizó. Por unos segundos se despertó otra preocupación que trascendía el fútbol. Admito que duró sólo unos segundos hasta que todo volvió a la anormalidad de que todas las preocupaciones quedan entre paréntesis mientras la pelota corre (que en el fútbol moderno más que correr es caminar). Aquella imagen me hizo acordar a otra que había visto hace unos meses cuando vi a Ángel llorar amargamente al costado de una cancha en San Juan después de ser reemplazado el 15 de noviembre de 2016 en el partido contra Colombia. Claro está, Lionel es Messi y Ángel es Di María. Tal vez sea bueno recordarnos que Messi es Lionel y Di María es Ángel . Un título enrollado en algún lado me certifica como politólogo y una cruz en el pecho me recuerda proyecto de cura. No entiendo nada de psicología y mucho menos de sociología. Desde esa ingenua ignorancia me atrevo a preguntarme y a responderme, ¿qué nos está pasando como

Aborto, el día después

Con el correr de las horas y en la medida que los indecisos fueron definiendo sus posturas todo hacía pensar que el proyecto sería rechazado. Sin embargo, a último momento cuatro diputados que habían anticipado su rechazo cambiaron de opinión. Dos de ellos provenientes de La Pampa, presumiblemente por presiones del gobernador de su provincia quien posiblemente haya canjeado estos votos -con el consecuente “triunfo” para el gobierno nacional- por saldar alguna deuda que el Estado mantenía con su provincia. Si esto no fue así la coincidencia con el contenido de las Resoluciones 305/2018 y 306/2018 publicado en el boletín oficial ese mismo día es sorprendente. Lo triste y decepcionante es que al final no se imponen ideas, valores o sensibilidades sino intereses netamente materiales movilizado por oportunistas diputados. Personalmente hubiera preferido que la aprobación resultara por diputados convencidos con ciertos valores o ideas. Con todo esto -una vez más- en nuestro país gana

Dios no nos hace rubios

En la primera Semana Santa en el curaje, el padre maestro de novicios promovió un exhaustivo examen de conciencia para una buena reconciliación. En ese examen caí en la cuenta por primera vez de una frecuente creencia que era incompatible con mi fe cristiana: era supersticioso . Explicando mejor debo admitir que en realidad no es que crea muy en serio, sin embargo, la creencia en la mufa condiciona mi actuar. “Tiene fuerza de verdad que guía tu vida”, me explicó mi maestro y le creí como prácticamente todo lo que él me decía. Me confesé y pedí perdón en serio por tocarme el testículo cada vez que veo un colorado, por no agarrar la sal directamente, por condicionar mi desempeño en los exámenes finales según el número con el que terminara el boleto del colectivo que me llevaba a rendir, por mirar mal al que grita ‘gol’ adelantado, por insultar al que grita ‘gol’ adelantado y por invitar a que se vaya a la mierda al que grita ‘gol’ adelantado. “Por mi culpa, por mi culpa, por mi gr