Un lugar comun es... Comodoro Rivadavia
Comodoro Rivadavia no oculta sus innumerables Lugares Comunes. Todos ellos podrían agruparse bajo un mismo calificativo: la contradicción. Los invito a adentrarnos en estos Lugares Comunes –a pesar de las pocas repercusiones que he tenido en mis últimos escritos sobre estos temas- y encontrar estas contradicciones.
Son pocos los lugares que han logrado el fenómeno que se da en Comodoro Rivadavia. Paradójicamente el nombre de la persona que se quiere homenajear termina identificando mejor a la ciudad que al homenajeado. El error tal vez sea poner nombres de desconocidos a los distintos lugares o, haciéndome cargo, ser tan ignorante. De una u otra manera ¿quién habrá sido Comodoro Rivadavia?
Lo primero que llama la atención de esta localidad es, sin dudas, su viento. Ni bien uno baja del avión la potencia del viento hace que uno se sienta recibido a golpes. Esto podría predisponer de mala manera al viajante, sin embargo no es bueno quedarse con esa sensación. Muy por el contrario, como primera contradicción, Comodoro Rivadavia acoge bien a sus visitas. La capacidad hotelera parece exagerada para una localidad de ese tipo. El gran hotel Lucania parece perdido en medio de un pueblo de petroleros.
Su privilegio de estar junto al mar está muy poco aprovechado. En lo que representa una enorme contradicción, el mar sólo es un elemento decorativo del imponente paisaje. Contradiciendo la idea de cualquier viajante de ver el mar como un lugar de diversión y refresco, Comodoro Rivadavia tiene un mar simplemente para ser visto… y desde lejos; es que su cambiante marea hace que el mar retroceda muchísimos metros con respecto a la costa.
Esta proximidad al mar no la hace una localidad húmeda. Todo lo contrario, su sequedad es prima hermana del desierto. Es que, según me enseñó De Jorge, el viento sopla desde el mar con una potencia que provoca que toda la sal caiga sobre sus tierras haciéndolas improductivas y secas. Por eso sus tierras solamente sirven para la extracción del petróleo.
El petróleo es el combustible necesario para hacer funcionar a la ciudad. De ahí se desprenden todas las actividades y todos los empleos. Por eso mismo los precios son altísimos, menos –paradójicamente- la nafta que está subsidiada. A partir de aquí se da un fenómeno poco común para las ciudades del Interior. Comodoro Rivadavia es de las ciudad con un índice de retención de sus jóvenes más altos. Es decir que, contrariamente a lo que pasa en otros lugares, los jóvenes no emigran. Es que la oferta es tentadora: salarios altos para trabajos sencillos y con una enorme solidez de cara al futuro.
Con un mar tan grande y una salida rápida uno supone que la actividad portuaria es alta. Grave error. El puerto es casi un elemento decorativo para una ciudad que concentra demasiado sus esfuerzos en el petróleo. En esto también tiene que ver el frágil federalismo de nuestro país, incapaz de desconcentrar la altísima actividad portuaria en otros lugares fuera de Mar del Plata. Todo esto no priva a los visitantes a comer buenos pescados. En ese sentido se recomienda cualquier restaurante cercano a la costa donde la variedad de pescados es amplísima.
Estimado lector, no es mi estilo dejarlo con intrigas. Martín Rivadavia fue un marino argentino. Nació en Buenos Aires el 22 de mayo de 1852. Nieto de Bernardino Rivadavia. Fue ascendido a comodoro el 18 de octubre de 1896. En 1900 se sancionó la ley 3948 sobre conscripción obligatoria en la Armada Nacional Argentina. Se la denomina Ley Rivadavia por cuanto la misma fue debida a su iniciativa.
Comodoro Rivadavia no oculta sus innumerables Lugares Comunes. Todos ellos podrían agruparse bajo un mismo calificativo: la contradicción. Los invito a adentrarnos en estos Lugares Comunes –a pesar de las pocas repercusiones que he tenido en mis últimos escritos sobre estos temas- y encontrar estas contradicciones.
Son pocos los lugares que han logrado el fenómeno que se da en Comodoro Rivadavia. Paradójicamente el nombre de la persona que se quiere homenajear termina identificando mejor a la ciudad que al homenajeado. El error tal vez sea poner nombres de desconocidos a los distintos lugares o, haciéndome cargo, ser tan ignorante. De una u otra manera ¿quién habrá sido Comodoro Rivadavia?
Lo primero que llama la atención de esta localidad es, sin dudas, su viento. Ni bien uno baja del avión la potencia del viento hace que uno se sienta recibido a golpes. Esto podría predisponer de mala manera al viajante, sin embargo no es bueno quedarse con esa sensación. Muy por el contrario, como primera contradicción, Comodoro Rivadavia acoge bien a sus visitas. La capacidad hotelera parece exagerada para una localidad de ese tipo. El gran hotel Lucania parece perdido en medio de un pueblo de petroleros.
Su privilegio de estar junto al mar está muy poco aprovechado. En lo que representa una enorme contradicción, el mar sólo es un elemento decorativo del imponente paisaje. Contradiciendo la idea de cualquier viajante de ver el mar como un lugar de diversión y refresco, Comodoro Rivadavia tiene un mar simplemente para ser visto… y desde lejos; es que su cambiante marea hace que el mar retroceda muchísimos metros con respecto a la costa.
Esta proximidad al mar no la hace una localidad húmeda. Todo lo contrario, su sequedad es prima hermana del desierto. Es que, según me enseñó De Jorge, el viento sopla desde el mar con una potencia que provoca que toda la sal caiga sobre sus tierras haciéndolas improductivas y secas. Por eso sus tierras solamente sirven para la extracción del petróleo.
El petróleo es el combustible necesario para hacer funcionar a la ciudad. De ahí se desprenden todas las actividades y todos los empleos. Por eso mismo los precios son altísimos, menos –paradójicamente- la nafta que está subsidiada. A partir de aquí se da un fenómeno poco común para las ciudades del Interior. Comodoro Rivadavia es de las ciudad con un índice de retención de sus jóvenes más altos. Es decir que, contrariamente a lo que pasa en otros lugares, los jóvenes no emigran. Es que la oferta es tentadora: salarios altos para trabajos sencillos y con una enorme solidez de cara al futuro.
Con un mar tan grande y una salida rápida uno supone que la actividad portuaria es alta. Grave error. El puerto es casi un elemento decorativo para una ciudad que concentra demasiado sus esfuerzos en el petróleo. En esto también tiene que ver el frágil federalismo de nuestro país, incapaz de desconcentrar la altísima actividad portuaria en otros lugares fuera de Mar del Plata. Todo esto no priva a los visitantes a comer buenos pescados. En ese sentido se recomienda cualquier restaurante cercano a la costa donde la variedad de pescados es amplísima.
Estimado lector, no es mi estilo dejarlo con intrigas. Martín Rivadavia fue un marino argentino. Nació en Buenos Aires el 22 de mayo de 1852. Nieto de Bernardino Rivadavia. Fue ascendido a comodoro el 18 de octubre de 1896. En 1900 se sancionó la ley 3948 sobre conscripción obligatoria en la Armada Nacional Argentina. Se la denomina Ley Rivadavia por cuanto la misma fue debida a su iniciativa.
Comentarios