La normalidad como Lugar Común

Un lugar comun es... creerse normal, cuando en realidad nadie lo es tanto.

Voy a escribir algo que –para variar- no se si me va a dejar del todo bien parado. Resulta que durante gran parte de mi vida conviví con una idea que al día de hoy me doy cuenta que no es tan real. Se trata de la idea de normalidad. Reflejo de la arbitrariedad humana, uno siempre tiende a pensar que uno es normal y que las diferencias con los otros son sus anormalidades. Me acuerdo que en el colegio en la típica división de bandos “de la primé” estaban los chinos y nosotros los que nos autoproclamábamos normales. Con el tiempo me voy dando cuenta que muchas de las cosas que hago no son tan normales y que seguramente el considerarme normal no sea otra cosa que el refugio de todo Lugar Común.

Sin llegar al extremo de la locura –aunque llevándome bastante bien con ella- reconozco en mi, algunas anormalidades. Cuando cruzo la calle no puedo pisar el asfalto entonces cruzo la calle pisando las líneas blancas de la senda peatonal. En cierto momento de mi vida pensé que era bueno tener cosas que no me gusten y entonces decreté que desde aquel día me iban a dejar de gustar los caramelos sugus verdes y el huevo frito. Cuando veo partidos de fútbol por tv los sábados a la noche, de tanto en tanto pongo mute y relato yo mismo con el diario en la mano. Prefiero ser el árbitro de la final del mundo antes que jugarla. Antes de desconectar el MSN cuento hasta diez. No uso pañuelos descartables (perdón Manzur), uso de papel. Y cada vez que me sueno la nariz miro cuán verdes son mis mocos. En dos décadas nunca estuve de novio. Me gusta andar en mi casa en pantuflas, pero más me gusta hacerlo desnudo cuando no hay nadie. Hasta los 15 años (¿o más?) jugaba al fútbol en el patio de casa con mis hermanos y éramos jugadores, relatores y árbitros a la vez. Prefiero un buen partido de fútbol en la cancha antes que una salida. Estudio Ciencias Políticas y me queda dar un final. Mis idas al baño no bajan de los veinte minutos. No creo en el circo de la amistad (ya les dije que era mito). No creo que de Narvaéz sea tan bueno. No creo que Kirchner sea tan tan malo. Creo en Dios. Creo en Carrió y además le doy. Me gustaría tener menos sueño así puedo hacer otras cosas que dormir. Soy de Independiente y creo que el paso de Falcioni por el club fue más importante que el de Gallego. La mejor música es la de Ismael Serrano. Cuando llego a casa llamo al ascensor, pero después subo por la escalera. Al portero de casa, perdón encargado, hasta hace no mucho tiempo le decía UO cuando en realidad se llama Hugo. Cumplo años el mismo día que Diego Cagna (dt de Tigre) y Marcelo Elizaga (arquero de la selección de Ecuador) y lo se.

Freno acá para no espantar a nadie. Sin dudas es un Lugar Común ¿Acaso ustedes no me van a admitir que también tienen algo de anormales? Mientras tanto seguiré pensando que soy normal así me voy a evitar demasiados cuestionamientos.