***
En un capítulo de This is us, Kate se da
cuenta que le cuesta casarse porque Jack -su extraordinario papá- no estará
para acompañarla. Al mismo tiempo sabe que no hay vuelta posible porque Jack no
puede resucitar y porque ella está profundamente enamorada de Toby. No es que
Kate me importara mucho, pero sí me ayudó a caer en la cuenta de que hay
ciertas circunstancias que imaginábamos diferente. Hoy no da lo mismo que James
estuviera o no. Vamos haciéndonos los distraídos, pero atentos a esos pequeños
guiños que hablan de su presencia. La mayoría exagerados. Necesitados. Cuando a
principios de 2018 James descubrió que tenía un don desconocido por el dibujo
nos sorprendió a todos. Con un poco de pudor yo le pedí que aplicara su arte
para dibujarme un rostro de Jesús al que le tengo cariño. Entre medio de la
oscura quimioterapia, cualquier actividad que no demandara mucha energía era
una luz brillante. Sin embargo, en aquella ocasión o mi pedido llegó tarde o el
cáncer avanzó demasiado rápido. Algo de Jesús que James sí me dibujó fue la
amistad que es con él y que gracias a él es también con Jesús. Es el reconocer
una vez más que Dios regala lo que en el fondo necesitamos y que se hace
presente por las personas. Para mí no es tiempo de reconocer el rostro de
Jesús. Sí de ser amigo. Superando esas fronteras, mi próxima consagración para
siempre tiene el sabor de la amistad para siempre. James me mostró el camino.
***
Caminamos cuadras y cuadras en grupo. Desde
Plaza Italia por Las Heras hasta Callao. Algo estaba pasando, nos estábamos
haciendo amigos. Ese peregrinar hacia la tierra prometida fue generando pueblo,
comunidad. Lo hizo con el pueblo de Israel, lo hizo con el ascenso de Jesús a
Jerusalén, lo hizo con nosotros. Hubo distintas suertes con ese grupo. Fran ahí
primero consiguió novia y después mujer. Pero todo pasó con tanta distancia que
ahora me cuestiona si era parte de esta historia así como la cuento. Los
recuerdos tienen sentido en la medida que nos dicen o evocan algo para nuestro
hoy. El recuerdo de aquella peregrinación nocturna y urbana fue el germen de
algo mayor. Con ese mismo grupo compartimos alguna misión y especialmente el
viaje a la JMJ de Madrid. Ser parte de la historia también te hace presente.
Por eso hoy son muchos más y están acá. La presencia ocurre en la mesa. En la
jerga litúrgica le decimos altar, pero no deja de ser mesa. La presencia de la
mesa se hizo mesaza. En parte porque Mirtha y en parte porque se agranda. Ahí
estamos, somos los que volvimos, somos los misericordiados, somos los que
estuvimos, somos los que llegamos.
***
Hubo alguien que descubrió a Messi. Yo me
conformo con alardear con que hice jugar de dos a Tete. Estábamos en el último
año y él se había resignado que jugando de delantero estaba destinado a comer
banco. Yo le sugerí que probara otra cosa. Más importante que rendir es estar. Es
razón para seguir de largo después de La France. Es argumento para adelantar
la estampida del quiosco de Apu pagando un valor aproximado. No tengo claro a
qué edad empecé a disfrutar el fútbol. Durante mucho tiempo cada partido ponía
en riesgo mi pertenencia. Está claro que aquellos amigos fueron mejores amigos
que yo arquero. Ser titular. No tener que demostrar. No tener que dar
explicaciones. El que se esconde quiere ser encontrado. Nadie se esconde en la
multitud. Sencillamente, se pierde. Sin embargo, esconderse y perderse tienen
la misma expresión: no estar. Como ese recreo largo del mediodía de poliladrón en
que permanecí debajo de la escalera cuando me tocó ser ladrón. A penas tocó el
timbre salí victorioso. Para ese entonces, mis amigos ya habían cambiado de
juego y es probable que los policías se hubieran vuelto ladrones. Es difícil
mantener un rol tanto tiempo, aunque no pocas veces me asomé y comprobé que los
ladrones seguían siendo ladrones y los policías, policías. Ahí estaban. Ahí
estamos. Podría decir ese equipo de memoria.
***
Y así muchos más porque “no
puedo reducir mi vida a la relación con un pequeño grupo, ni siquiera a mi
propia familia, porque es imposible entenderme sin un tejido más amplio de
relaciones: no sólo el actual sino también el que me precede y me fue configurando
a lo largo de mi vida” (FT89). Continuará…
Comentarios