Dios me está regalando cada vez con más fuerza un insospechado amor por la Iglesia. Me sorprende que así sea porque siempre me había situado en un lugar crítico. Sin duda que los años de formación en Chile dejaron marca y, fieles a lo que pasa ahí en tantos casos, es como que uno tiene que pedir perdón por creer, por ser Iglesia, por tener la pretensión de querer ser sacerdote. Pero no quiero caer en la fácil de atacar a Chile. No son ellos, soy yo . En algún lugar del corazón se me coló eso de que ser crítico, pisabrote y alumno de la sospecha te hacía "sugerente" . De a poco voy viviendo que lo mas sugerente es ser alegre incluso a pesar de uno, como sin quererlo . El caso es que hoy me apasiona ser Iglesia. Me parece romántico. Me parece profético. Me parece lindo. Me parece revolucionario. Me resulta esperanzador. Me parece salvador. Cuando veo gente que deja criterios de éxito o de fama o de comodidad por una causa más grande, por Jesús, por el Evangelio, no pued
Un lugar nada común en el mundo con pensamientos propios lejos de modelos, modos de acción, universales y rutinas impuestas. Un lugar en el mundo de libertad y expresión. Un lugar en el mundo para la originalidad. Sin pretensiones de ser el mundo, tan solo un lugar para estar.