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Mundos distintos, mundos complementarios.

No pretendo aportar nada a la siempre diferente caracterización del mundo de los varones y de las mujeres. Solamente compartir reflexiones que puntualizan esas diferencias que acabo de descubrir. Son, en definitva, lugares comunes de las mujeres.

Las mujeres son muy complicadas. Le dan demasiada importancia a la opinión del otro y están muy pendientes de no quedar mal. Por eso cualquier decisión estará respaldada por una serie de argumentaciones que las deje bien parada. En pocos días se casa una prima mía. En una familia grande parece de sentido común que no todos estemos invitados. Un varón hubiera seleccionado sin demasiados problemas al tun tun. La mujer busca no quedar mal con ninguno y el criterio de selección será puramente racional: “todos los menores de tal edad” o “los dos primeros hijos de cada familia”. Por este motivo se debaten ellas mismas, piden opiniones, presentan situaciones hipotéticas y después se sienten obligadas a dar explicaciones que nadie les va a pedir. Lo mismo cuando no quieren salir, lo mismo cuando les duele algo, lo mismo cuando prefieren hacer una cosa u otra y la pregunta de siempre ¿Quién pidió tanta explicación?

Reflejo de eso es lo que me pasó el otro día. Después de algunas idas y vueltas finalmente concreto una salida con Carolina. Me baño, me visto, me peino, le afano el perfume a mi hermano (claramente es más coqueto que yo) y me visto. Momentos antes de salir le aviso a mi hermana que no como en casa porque salgo con una chica. Un tanto alborotada me pregunta “¿Qué te vas a poner?”. Ella no entendía que yo ya me creía bien lookeado. Por eso con timidez le pregunté que veía de mal. Sin dudar un segundo me dice que la camisa con el buzo que tenía puesto encima no pega. Por eso me propone que me cambe el buzo por un sweater y también el pantalón… prácticamente que me vista de nuevo. Siempre me pregunté por qué las mujeres tienen siempre tan claro qué pega con qué y por qué le dan tanta bola a esto al punto de terminar mandándome a cambiar porque no combino. Además ¿qué sentido tiene que la remera y el buzo combinen si uno tapa al otro? De todas maneras, obviamente, le hice caso y me puse lo que ella me dijo.

Igual, ¿para qué engañarnos? Más o menos complicadas, peores o mejores vestidos.. qué bueno que estamos en este mismo mundo para encontrarnos y así nosotros aprender que la vida no es tan sencilla y ellas descubrir que no vale la pena complicarse más de la cuenta. La famosa complementariedad que se da siempre, menos en las relaciones igualitarias (cuando no se admiten estas diferencias)

Comentarios

Andrés Hughes ha dicho que…
jaaj muy bue! Coincido en que son complicadas!

jaaj en verdad el comentario es para avisarte que dps de un analis profundo me hice un nuevo blog y para que me sigas aj:

andreshughes.blogspot.com

abrazoo
Martin Rios ha dicho que…
Igual, no se porque siempre les hago caso...

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