Un lugar comun es... dejar las declaraciones de amor para las mujeres.
En la muchas veces cultural división entre lo que es de varón y lo que es de mujer hacer, es un Lugar Común dejar el amor del lado de lo femenino. Los hombres solemos pensar que el amor únicamente “debe ponerse más en obras que en palabras”. Puede ser que esto responda a una naturaleza más activa del hombre y una naturaleza más contemplativa de la mujer, pero francamente me parece una arbitrariedad. Siendo Dios Amor, y habiendo Él creado al hombre a imagen y semejanza suya suena contradictorio limitar el amor a las acciones ya que en realidad el amor corresponde a su misma esencia. Sin embargo, ¿por qué caemos en eso?
La respuesta es la misma que vengo dando hace mucho tiempo. Ante los momentos de inseguridad, de fragilidad o de dudas nos aferramos a lo que está políticamente correcto, a lo aceptado por la mayoría; entramos a los Lugares Comunes. Así la dimensión amorosa/afectiva del hombre queda relegada a un Lugar Común. Entremos en esto…
Cuando una niñita siente amor por su madre, le hace un dibujito y le escribe con letras desprolijas “te ciero mucho”. Cuando un niño siente amor por su madre, reflexiona sobre su conducta e intentará portarse mejor, ayudar a poner la mesa.
Esa situación nos remonta a nuestra infancia, pero a medida que crecemos las manifestaciones de amor difieren en las mujeres y en los varones. De más grandes, cuánto más un grupo de amigas se dicen te quiero que un grupo de varones (si es que estos alguna vez lo hacen). Son pocas las oportunidades en que se da porque siempre está el temor de quedar como un maricón; y si efectivamente se da seguramente será con una huella alcohólica de por medio.
Si bien esto se nota mucho en la relación entre varones, las expresiones de amor del varón para la mujer también son difíciles de canalizar. Esto pasa sobre todo fuera de la vida de pareja donde encontraremos un abanico de Lugares Comunes para que se den estas manifestaciones. Esta dificultad ofrece al sexo como mejor remedio, como mejor palabra y a posibles sensaciones posteriores de vacío porque en realidad no la quería para tanto y no sabía cómo decirlo.
Para la comunicación del amor entre los hombres quedan caminos oscuros. Tal vez una declaración en medio de festejos. Tal vez una palabra en momentos fuertes. Tal vez encontremos también caminos poco imaginados en una relación de varón a varón. En todo caso son todas muestras de lo dicho al principio: la comunicación del amor en los varones por medio de la palabra ha sido prohibida.
Por eso te escribo a vos joven varón, a la vez que lo escribo para mi, usando las palabras de un santo amigo: ha llegado la hora de tu amor.
En la muchas veces cultural división entre lo que es de varón y lo que es de mujer hacer, es un Lugar Común dejar el amor del lado de lo femenino. Los hombres solemos pensar que el amor únicamente “debe ponerse más en obras que en palabras”. Puede ser que esto responda a una naturaleza más activa del hombre y una naturaleza más contemplativa de la mujer, pero francamente me parece una arbitrariedad. Siendo Dios Amor, y habiendo Él creado al hombre a imagen y semejanza suya suena contradictorio limitar el amor a las acciones ya que en realidad el amor corresponde a su misma esencia. Sin embargo, ¿por qué caemos en eso?
La respuesta es la misma que vengo dando hace mucho tiempo. Ante los momentos de inseguridad, de fragilidad o de dudas nos aferramos a lo que está políticamente correcto, a lo aceptado por la mayoría; entramos a los Lugares Comunes. Así la dimensión amorosa/afectiva del hombre queda relegada a un Lugar Común. Entremos en esto…
Cuando una niñita siente amor por su madre, le hace un dibujito y le escribe con letras desprolijas “te ciero mucho”. Cuando un niño siente amor por su madre, reflexiona sobre su conducta e intentará portarse mejor, ayudar a poner la mesa.
Esa situación nos remonta a nuestra infancia, pero a medida que crecemos las manifestaciones de amor difieren en las mujeres y en los varones. De más grandes, cuánto más un grupo de amigas se dicen te quiero que un grupo de varones (si es que estos alguna vez lo hacen). Son pocas las oportunidades en que se da porque siempre está el temor de quedar como un maricón; y si efectivamente se da seguramente será con una huella alcohólica de por medio.
Si bien esto se nota mucho en la relación entre varones, las expresiones de amor del varón para la mujer también son difíciles de canalizar. Esto pasa sobre todo fuera de la vida de pareja donde encontraremos un abanico de Lugares Comunes para que se den estas manifestaciones. Esta dificultad ofrece al sexo como mejor remedio, como mejor palabra y a posibles sensaciones posteriores de vacío porque en realidad no la quería para tanto y no sabía cómo decirlo.
Para la comunicación del amor entre los hombres quedan caminos oscuros. Tal vez una declaración en medio de festejos. Tal vez una palabra en momentos fuertes. Tal vez encontremos también caminos poco imaginados en una relación de varón a varón. En todo caso son todas muestras de lo dicho al principio: la comunicación del amor en los varones por medio de la palabra ha sido prohibida.
Por eso te escribo a vos joven varón, a la vez que lo escribo para mi, usando las palabras de un santo amigo: ha llegado la hora de tu amor.
Comentarios