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No alcanzan las palabras


Final de la Libertadores. Final del mundo. Final del año. No hay mañana. 20 años para recuperarse. Bombonerazo. Banderazo. Despedida en Puerto Madero. Caravana. Monroe. Zona liberada. Piedras. Botellas. Los inadaptados de siempre. Más piedras. Vidrios. Blindaje mediático. Llamá al médico. Gases. Memes. Ganas de vomitar. Dolor de cabeza. Náuseas. No se juega. Se juega a las 18. Pablo Pérez y otro que nadie conoce. Arcos. Otamendi. Se juega a las 18. Cornea. Heridas superficiales. Doctor Pangrazio. Se juega 19:15. Ojo. Infantino. Represión. Nos obligan a jugar. Conos. Cunha entra en calor. Se juega. Empieza un poco más tarde. Reunión cumbre. Angelici. Donofrio. Domínguez. Yo no estoy de acuerdo con que se juegue. Eso lo dice Latorre. Estadísticas. Publicidades. Publicidades. Más Publicidades. Se juega. El show continúa. Juega Pablo Pérez. Represión. Corridas afuera. Llega Prefectura. Entradas falsas. No salen a entrar en calor. Gente afuera. Más Corridas. Udaondo. Quintero. Empieza 19:45.  Hay algo raro. Se juega. Reunión. No se juega. Juguemos de igual a igual. Mañana a las 17. Vergüenza. Libertadores final.

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Ahora que somos grandes

Ahora que somos grandes los matrimonios son los de los amigos y el juvenil beso nocturno es un te quiero para siempre. Y la casa de tus padres ya no es la tuya y tampoco la de ella. Porque sencillamente son grandes. Por eso los gastos –que no son menores-, las cuotas, ahorros y opciones. Ahora que somos grandes y ningún éxito personal alcanza para satisfacerse. Porque la vida es más que esa propia satisfacción y son otras personas. Porque siendo grandes los éxitos son con otros. Se responsabiliza por otros, se hace cargo de otros y se compromete por otros. Ahora que somos grandes las enfermedades no son la de nuestros padres y abuelos sino la tuya y la mía. Al punto que la muerte es una posibilidad que impone ser reconocida merodeando por esos puertos como fantasma nocturno o velero viejo que amarra a otros muelles. Ahora que somos grandes al pasado se mide en años que me hablan de ciudades, lugares y hasta países. Los minutos, las horas y los días forman semanas de c

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