Un lugar comun es... (no) comunicarnos por medios digitales
Los cuatro empezaron el curso de ingreso el lunes. No se conocían de antes. Nunca se habían visto. Eran de los cuatro puntos cardinales de la Argentina. Por esas cosas de la vida pegaron onda. Los cursos de ingreso sirven un poco para eso: uno se familiariza y ya se acerca a distintas personas. Inquietudes para responder, costumbres que contar, alguna anécdota, sensaciones. Siempre pienso que esas etapas son oportunidades que da la Vida para reinventarse, para volver a escribir la historia personal. No hay que andar dando explicaciones por el pasado. Es más para nadie existe ese pasado personal. Algo así me imaginaba cuando vi a ellos cuatro mirando el río en un recreo de un bar. Pero no. Permanecieron en silencio, solamente se preguntaron la dirección de mail y si tenían Facebook. Después de eso prometieron ponerse en contacto.
El sábado tenía un buen recital para ir bien acompañado. Música tranqui un vaso de birra y una buena muchacha acompañando. Faltaba solamente una compañía ¿A quién llamar? Diciembre había quedado un poco lejos, pero después del mes de enero en la costa se le hizo imposible retener un nombre y un teléfono para llamar. Por eso fue a lo seguro. Le mandó un mensaje de texto para invitarla. Se justificó en que era horario de la siesta para no llamarla. El pobre muchacho no sabe que acá en Buenos Aires la siesta no existe salvo para mi abuela y para el molesto de mi vecino que no me dejaba jugar a la pelota en ese horario en el patio de casa.
El año pasado cumplieron las bodas de plata. Es de noche. El hombre ordena papeles en la mesa del comedor diario, pero se toma demasiado tiempo. La mujer se acuesta en la cama y mira TN aunque no entiende nada. La resistencia dura muy poco y el sueño la atrapa. Antes de apagar la luz y darse por vencida le queda algo para hacer. Las bodas de plata no se construyen sobre arena. Toma el celular y llama a su marido. Le desea unas buenas noches y le manda un beso. Él le dice que la quiere.
Hace unos años en frente a casa había un cartel que preguntaba ¿Qué nos comunica? Ofrecía un nuevo teléfono. Pero hoy yo retomo esa pregunta para mí y para usted estimado lector. Parece mentira, pero en la era de la comunicación cada vez nos cuesta más comunicarnos interpersonalmente. Lo digo yo que soy tímido, pero cada vez nos pasa más seguido.
Hemos convertido a los medios de comunicación como auténticos Lugares Comunes. No quiero exagerar, pero es así ¡Si hasta decimos que hablamos con alguien cuando usamos el msn! Nos sentimos seguros comunicándonos a través de ese medio. Las metidas de gamba se arreglan diciendo, “perdón en realidad lo quería mandar otra persona”, los comentarios subidos de tono se arreglan con un “jaja”, los momentos en que me aburro no le doy bola y después la arreglo “perdoname estaba en el baño, me decías algo importante?”, cuando no quiero que me jodan y quiero hablar con ella me pongo “no disponible” y así encuentro la manera de relacionare con los demás.
Podría seguir, pero tengo que mandar un mail a un amigo que cumplió años y no está, quiero ver las fotos en FCBK del cumpleaños de un pibe de la facu que creo que me re escrachó y mi ex me tortura por msn, ¿le digo de volver por acá o la tengo que invitar a salir? Fiaca bañarme…
¿Qué nos comunica?
Los cuatro empezaron el curso de ingreso el lunes. No se conocían de antes. Nunca se habían visto. Eran de los cuatro puntos cardinales de la Argentina. Por esas cosas de la vida pegaron onda. Los cursos de ingreso sirven un poco para eso: uno se familiariza y ya se acerca a distintas personas. Inquietudes para responder, costumbres que contar, alguna anécdota, sensaciones. Siempre pienso que esas etapas son oportunidades que da la Vida para reinventarse, para volver a escribir la historia personal. No hay que andar dando explicaciones por el pasado. Es más para nadie existe ese pasado personal. Algo así me imaginaba cuando vi a ellos cuatro mirando el río en un recreo de un bar. Pero no. Permanecieron en silencio, solamente se preguntaron la dirección de mail y si tenían Facebook. Después de eso prometieron ponerse en contacto.
El sábado tenía un buen recital para ir bien acompañado. Música tranqui un vaso de birra y una buena muchacha acompañando. Faltaba solamente una compañía ¿A quién llamar? Diciembre había quedado un poco lejos, pero después del mes de enero en la costa se le hizo imposible retener un nombre y un teléfono para llamar. Por eso fue a lo seguro. Le mandó un mensaje de texto para invitarla. Se justificó en que era horario de la siesta para no llamarla. El pobre muchacho no sabe que acá en Buenos Aires la siesta no existe salvo para mi abuela y para el molesto de mi vecino que no me dejaba jugar a la pelota en ese horario en el patio de casa.
El año pasado cumplieron las bodas de plata. Es de noche. El hombre ordena papeles en la mesa del comedor diario, pero se toma demasiado tiempo. La mujer se acuesta en la cama y mira TN aunque no entiende nada. La resistencia dura muy poco y el sueño la atrapa. Antes de apagar la luz y darse por vencida le queda algo para hacer. Las bodas de plata no se construyen sobre arena. Toma el celular y llama a su marido. Le desea unas buenas noches y le manda un beso. Él le dice que la quiere.
Hace unos años en frente a casa había un cartel que preguntaba ¿Qué nos comunica? Ofrecía un nuevo teléfono. Pero hoy yo retomo esa pregunta para mí y para usted estimado lector. Parece mentira, pero en la era de la comunicación cada vez nos cuesta más comunicarnos interpersonalmente. Lo digo yo que soy tímido, pero cada vez nos pasa más seguido.
Hemos convertido a los medios de comunicación como auténticos Lugares Comunes. No quiero exagerar, pero es así ¡Si hasta decimos que hablamos con alguien cuando usamos el msn! Nos sentimos seguros comunicándonos a través de ese medio. Las metidas de gamba se arreglan diciendo, “perdón en realidad lo quería mandar otra persona”, los comentarios subidos de tono se arreglan con un “jaja”, los momentos en que me aburro no le doy bola y después la arreglo “perdoname estaba en el baño, me decías algo importante?”, cuando no quiero que me jodan y quiero hablar con ella me pongo “no disponible” y así encuentro la manera de relacionare con los demás.
Podría seguir, pero tengo que mandar un mail a un amigo que cumplió años y no está, quiero ver las fotos en FCBK del cumpleaños de un pibe de la facu que creo que me re escrachó y mi ex me tortura por msn, ¿le digo de volver por acá o la tengo que invitar a salir? Fiaca bañarme…
¿Qué nos comunica?
Comentarios
Gracias de todas maneras.
Agus g ll