Muchas veces la pertenencia a un barrio o a una localidad no se puede definir en términos estrictamente geográficos. Así la pertenencia se termina definiendo por la decisión personal de formar parte. Es lógico si tenemos en cuenta que el pertenecer es también tomar determinados hábitos, costumbres y hasta lenguajes propios.
Toda esta introducción para hablar, escribir y recordar a nuestros hermanos sanisidrenses; con cariño y el respeto de siempre. Es que descubrí en estos días que el ser de San Isidro puede ser un buen Lugar Común. Los que pertenecen a ese grupo saben que son aceptados, reconocidos y valorados por ser así. Llaman la atención porque pocos barrios o localidades bonaerenses marcan y distinguen tanto a sus habitantes. Efectivamente, como rezaba un slogan de campaña política, San Isidro es distinto.
Ellos no van a misa a
A la hora de las salidas son sencillos de reconocer. Poco amigos de los boliches masivos, prefieren los bares del Bajo en el verano o los que están en Libertador. Es tan masiva su concurrencia a esos lugares que suelen desbordarse. Tanto es así que otros prefieren juntarse en sus casas y no salir de ahí. Se jactan de “divertirse sin alcohol”, aunque en la intimidad reconocen que con un poco de alcohol de vez en cuando se divierten más. Queda bien ponerse la camiseta más allá de que se acusen entre ellos mismos de caretas.
Los hombres no son muy amantes del fútbol, aunque eso no quiera decir que no sean deportistas. Por el contrario le gusta salir a correr o también andar en bicicleta. Otros, los menos, practican algún deporte acuático. Para las mujeres el deporte no es una prioridad. Por eso son pocas las que juegan al hockey, aunque hay que reconocer que algunas pocas lo hacen con frecuencia. Prefieren por encima de todo hacer comedia musical. Hombres y mujeres se enfrentan en los clásicos desafíos de paint-ball (una especia de guerra de agua, pero con color en lugar de agua y con una ambientación especial). Unos y otros confluyen en una particular habilidad para hacer malabares y piruetas. Lo hacen sólo por diversión, para pasar el tiempo y como un buen signo de que les cuesta quedarse quietos. Por eso no sorprende que una tarde mientras algunos prefieren contemplar un paisaje o dormir una buena siesta ellos prefieran lucirse haciendo medialunas o mortales en el agua.
Como es lógico tienen un lenguaje propio. Más bien son códigos que usan al hablar entre ellos que para otros no pueden terminar de entenderse. Algunos ejemplos. Ellos cuando tienen que negar algo no dicen “no”, sino que dicen “menos” (marcando la e). Entonces por ejemplo si yo le digo a un sanisidrense “a vos te gusta tal mina”, para negarlo él me responderá “meeenos”. Otra palabra. Para ponderar algo que está bueno usan un adjetivo particular; van a decir “sólido”. Entonces si están jugando al fútbol y el golero se luce con una atajada alguno podrá gritar “sólido” sobre acentuando la o.
Pocos lugares generan todo esto. Tal vez por eso sea un auténtico Lugar Común; en definitiva hacerse sanisidrense da una identidad, una personalidad y un lugar en el mundo. Nadie va a estar preguntando sobre qué es cada uno.
Comentarios
faltó: Pascua Jóven, socios del Náutico, y que son amantes de los castillos inflables...
Abrazo
jajaja suerte lulii
Saludos.