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Mostrando entradas de septiembre, 2015

2. La Pascua Chilena

La presente nota continúa una serie de textos titulada: "Chilenos. Apuntes para comprenderlos (y quererlos)" a través de las cuales busco meterme en la cultura chilena. Como alguna vez alguna buena catequista me explicó, Pascua, es paso. El pueblo de Israel encuentra en el cruce del Mar Rojo un hito que trasciende el momento específico. Es el momento de la Pascua. La Pascua católica también habla de un paso: el que hace Jesús de la vida a l muerte y de la muerte a la Resurrección. De estos episodios lo que menos importa es la historia en sí misma sino su significación histórica. Dicho en otros términos, no interesa tanto el análisis de los detalles o la pregunta por la veracidad sino más bien lo que esta historia recuerda. Es un pueblo que era oprimido y que con este paso se produce la liberación y un futuro esperanzador.  Es la fuerza de verdad que tienen los mitos. (…) Pero no es mi propósito hablar de los mitos ni de las Pascuas. El reto de estos relatos es comp

La historia de Pipo

Seguramente te acuerdes de Fermín , Nacho , Ricardo  o de Joel : personajes queribles de los que te conté alguna vez. Bueno, ahora te quiero contar de otro ¿amigo? Se trata de   Pipo . Bueno en realidad así le dicen a este buen hombre. Es conocido en su pueblo de ese modo no porque la gente haya querido sino porque él siempre se presentó así. Algunos dicen que en realidad se llama Juan Domingo, pero que su opción política diferente a la de su padre lo obligó a cambiarse de nombre. Juan Domingo, claro está, es Perón. La historia parece posible, pero de todas maneras no suma muchos elementos al cuento. Vamos a quedarnos con   Pipo   nomás, sin tanta necesidad de detalles.   Pipo   trabaja y vive en un almacén en la Provincia de Santa Fe, en Argentina. La localidad es Murphy y queda cerca de Venado Tuerto. Serán como 300 kilómetros de la Capital Federal. La historia de   Pipo   es la de tantos argentinos que vivieron durante años trabajando como peón de estancia. Zona de buenos campos,

Hablemos I

- Encendé la luz. Afuera parece que está lloviendo. - Y si es afuera que está lloviendo, ¿para qué mierda me pedis que prenda la luz adentro? - No se. Tal vez haya quedado algo afuera. - Dale, no seas pendejo. Son las cuatro de la mañana ¿o me vas a decir que tenés miedo a la lluvia? - No, Federico. No. Solamente digo. Después el viejo putea cuando se mojan las cosas de afuera. - No me jodas. Está lloviendo desde hace dos horas. Lo que se mojó ya está mojado. - Bueno, pero recien ahora me despierto. - Sí y también me despertaste a mí. - Bueno Fede, andá a cagar. Yo me voy a despertar y me voy a fijar si llueve fuerte.  Pero si hay alguna de tus mierdas mojándose, no pienso mover nada. - No vas a poder. En el fondo sos buen chabón Diego. - No importa ser bueno. Lo que importa es hacer el bien. *** - Cuando Papá era más joven, él me decía que tenía que esperar a encontrar a un buen chico para casarme. Aunque te parezca una boludez, esa idea