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Mostrando entradas de marzo, 2009

El sabor del reencuentro

Un lugar comun es... reencontrarse Es señal de que ha pasado mucho tiempo cuando uno no se puede acordar de la última vez que lo vio. Puede calcular un año, dos años, pero no puede decir con precisión la fecha exacta. Después de todo ese tiempo los reencuentros son motivadores de las más múltiples sensaciones. Antes habría que clasificar los reencuentros a los que me refiero, básicamente en dos. Por un lado están los casuales y por otro lado los intencionales. En este espacio me parece una obviedad aclarar que me dedicaré a los reencuentros intencionales. Hemos convertido a los reencuentros intencionados en un Lugar Común como una manera de hacer frente a todo lo que genera. Hablo desde la experiencia del sábado pasado. Con seguridad sé que el año pasado prácticamente no estuve con él. Fue un año de estudio y de mucho trabajo por lo que tuve que dejar a un lado. Pasé de estar con él tres veces por semana a... nada . Eran dos días en la semana por las tardes y los sábados prácticament

Nivelar para abajo

Un lugar comun es... nivelar para abajo, ocultando liderazgos. Atento a la poca repercusión de mis últimos escritos intentaré reconquistar al estimado lector tocando un tema más concreto y real que francamente me preocupa. Lo hago desde una mirada crítica por más de que de alguna manera me siento cohabitante, también, de este Lugar Común . Me quiero referir al nivelamiento para abajo como un Lugar Común. Noto que así como antes tener una buena posición social era motivo de orgullo, hoy es generadora de culpa . Ante esto la reacción es la insólita preocupación por nivelar para abajo. Veamos algunos escenarios. Él empezó a estudiar medicina, pero largó al poco tiempo. Le pesaba mucho seguir la profesión de su padrino. Por eso decidió recorrer el amplio espectro de las ciencias para transformarse en un prolijo estudiante de Química. De todas maneras nada lo obsesiona tanto como transformar su historia, su pasado. Fue a un colegio católico y era un ferviente participante de las distintas a

Momento de sintetizar

Un lugar comun es... que nuestro crecimiento siga la dialéctica hegeliana. Perdonen señores filósofos. Perdonen estimados lectores si les aburre. Hoy voy a tratar de aplicar la filosofía a un Lugar Común. Soy consciente que de esta operación puede resultar algo exitoso, interesante o un verdadero mamarracho… ustedes dirán. Se me viene a la cabeza este tema a partir de una charla de fin de semana. Voy a hablar de Hegel . Pobre muchacho. Como les pasa a muchos escriben libros y libros y al final son recordados por el color de las portadas de los mismos. Algo parecido haré. La visión de la realidad de Hegel es un proceso circular de tres momentos cuyo motor es la contradicción en una continua relación de oposición y no, por ejemplo, de identidad. Esto es lo que se llama el proceso dialéctico o la famosa dialéctica hegeliana. Contiene tres momentos: tesis, antítesis y síntesis. En el primero se centra una posición, un estar en sí (an sich). En el segundo momento hay una negación o una co

Palabras más, palabras menos y cada vez menos

Un lugar comun es... ajustar arbitrariamente el sentido de las palabras. Una singular característica del lenguaje español es la cantidad de términos multívocos (palabras con distintos significados). Esto representa una gran riqueza para nuestra lengua (en contraposición con el inglés), pero también puede generar algunos malentendidos o, en casos extremos, pueden terminar generando que un término por su amplitud se transforme en vago. Esto ocurre a menudo y por eso caemos en los Lugares Comunes del lenguaje: evitamos incomodidades usando palabras que todos usan, más allá de que en realidad no signifiquen lo que queremos decir . Suena complejo, pero algunos ejemplos podrán iluminar este tema. Decir que una persona es pobre suena feo y hasta discriminatorio. Por eso preferimos hablar de humildad. Y así caemos en un Lugar Común llamando al carnicero humilde por el hecho de vivir una vida dura. Grave error: eso no es ser humilde. Un carnicero humilde sería aquel que no acepta los elogios

¿La misión como Lugar Común?

Un lugar comun puede ser la misión. Sesenta y seis, sesenta y siete, sesenta y ocho, sesenta y nueve, setenta… y seguimos contando. Nos sorprendimos y por momentos nos asustamos un poco. No me gusta tener la sensación de que se nos va de las manos con un crecimiento entre el sesenta y el setenta por ciento (nunca fui bueno para los porcentajes). La primera reunión de misión confirmó la tendencia. Para la de Semana Santa seremos 74 misioneros . Junto a la alegría de saber que la cosecha da frutos “y abundantes” se me vino a la cabeza una preocupación –muy ligada a mi permanente espíritu crítico- ¿no habremos convertido la Misión en un Lugar Común? Siempre lo digo, no está de más repetirlo, los Lugares Comunes son esos espacios donde uno se siente cómodo y seguro, no tanto por lo que es en sí mismo sino, porque la mayoría lo hace. Y la mayoría es difícil que se equivoque. Con este sistema uno ofrece su libertad a la voluntad de la mayoría, de la moda, de la tendencia. Por eso mi fuerte