El misterio del hombre se revela en el misterio de Cristo. Por lo mismo, el misterio del hombre es acceso a Cristo. Son caminos sutiles, no siempre conscientes que me adentran en el mundo religioso de una manera nueva. Estar en presencia de Dios no solo lleva a hacer la señal de la Cruz, sino también a detenerse, descalzarse y ver ese fuego que no se consume. Me acerco con admiración, con agradecimiento, con asombro y también con pudor. Por eso me hago servidor, testigo, compañero y tal vez amigo; pero nunca te voy a pedir que charlemos. El misterio, es don, es Tierra Sagrada. A esta tierra me dio acceso a la escuela. Ahí donde se combaten los miedos y un Dios inculturado alienta en lenguaje juvenil con un "no seas cagón". Porque ahí hay suficiente material para poderle hacerle frente al qué dirán. Porque la vida se vuelve insípida si dejas pasar tantas aventuras. Se combaten los miedos y se vencen comodidades. Hay ánimo para vivir. Es preciso que el adulto lo mata el niño
Un lugar nada común en el mundo con pensamientos propios lejos de modelos, modos de acción, universales y rutinas impuestas. Un lugar en el mundo de libertad y expresión. Un lugar en el mundo para la originalidad. Sin pretensiones de ser el mundo, tan solo un lugar para estar.