Sentí un poco de vergüenza cuando me di cuenta. De pronto me estaba armando un cuento paralelo . Una realidad imaginaria. La fantasía puede ser un refugio. A la larga, la realidad se impone. Tal vez sea una estrategia para diluir responsabilidades o culpas o como quieran decirlo. Pero veo una amenaza para los cristianos abusar de ese refugio. Teníamos coronita . Pretender conservarla hoy es tan absurdo como ser monarcas en tiempo de república. Como esos cardenales que tienen a cargo una diócesis que en realidad no existe. El lado positivo de este recalcular es el énfasis en vivir un seguimiento de Jesús más encarnado en este tiempo, en esta cultura, en este mundo. Más encarnado a secas. Si este mundo está atravesado por la pandemia, ¿cómo pretender estar al margen? Hermosa tentación. "Y si buscás un obispo más benévolo" , me sugirió alguno. La realidad se impone y te caga a bifes más allá de la benevolencia . Sentí vergüenza como aquella vez que vi a un ciruja bien abrig
Un lugar nada común en el mundo con pensamientos propios lejos de modelos, modos de acción, universales y rutinas impuestas. Un lugar en el mundo de libertad y expresión. Un lugar en el mundo para la originalidad. Sin pretensiones de ser el mundo, tan solo un lugar para estar.