Escribir en tiempos de coronavirus me resulta tan necesario como difícil . Tengo la impresión que ya se han hecho todas las reflexiones. Leí, escuché y vi a muchos que lograron abordar esta situación con sentimentalismo, humor y rigor científico ¿Para qué escribir? ¿Cómo escribo? Puedo escribir como proyecto de cura que soy, como hombre de fe, como amigo de Jesús, como estudiante de teología; pero claro, velas a tu santo. Puedo escribir como expatriado por opción, como argentino con permanencia en Chile, como habitante de Puente Alto; pero claro, el coronavirus supera fronteras. Puedo escribir como politólogo, como ex empleado de la Ciudad, como político derrotado en elecciones de centro de estudiantes; pero claro, es más complejo. Esta dificultad viene a iluminar una realidad de esta crisis. El coronavirus nos está captando por enteros . Impacta e impactará en nuestras biografías, en nuestros sentimientos, en nuestras emociones, en nuestros proyectos y hasta en nuestros hábit
Un lugar nada común en el mundo con pensamientos propios lejos de modelos, modos de acción, universales y rutinas impuestas. Un lugar en el mundo de libertad y expresión. Un lugar en el mundo para la originalidad. Sin pretensiones de ser el mundo, tan solo un lugar para estar.