Superadas las tres semanas desde el inicio del estallido social hemos aprendido muchísimo, pero en muchos casos parece que no lo suficiente para todavía ver un futuro alentador en nuestro horizonte. Con culpas repartidas, aunque con responsabilidades muy distintas, será bueno encaminarnos hacia una solución que haga parir una nueva normalidad. Se sabe, no se trata de volver a lo de siempre como sí nada, sino de reconocer que la actual situación se vuelve insostenible y las consecuencias pueden ser aún más dramáticas. Por otro lado, es necesario que tanto esfuerzo y sufrimiento no sea en vano. El dolor de muchos no nos deja indiferentes. Me permito ahora un subjetivo recuento de cinco claves de lo que ha pasado en estas semanas que nos pueden iluminar en ese proceso. Cumplida la primera semana se llevó a cabo la marcha más grande que alcanzó un millón doscientos mil participantes . La nota saliente fue la absoluta paz con la que se desarrolló que fue muy a contramano de lo que h
Un lugar nada común en el mundo con pensamientos propios lejos de modelos, modos de acción, universales y rutinas impuestas. Un lugar en el mundo de libertad y expresión. Un lugar en el mundo para la originalidad. Sin pretensiones de ser el mundo, tan solo un lugar para estar.