¿Carmen o Graciela? En el barrio eran conocidas como las dos conquistas posibles. Me corrijo: eran para mí dos conquistas posibles. Graciela era más exuberante. Era la chica linda de su grupo de amigas. En los años en que a uno le gustan más el fútbol e incluso los autitos que las mujeres, habíamos sabido ser amigos. Familiares amigos, casas cercanas y lo suficiente para conocernos. La relación fue madurando en la medida en que fuimos creciendo. Era evidente que ya podía pasar algo. Así y todo mantuvimos un muy lindo trato. Yo la pasaba muy bien estando con ella. Era inteligente y me enamoraba lo desafiante. Estar con ella era siempre estar al límite. Y eso, a los varones nos encanta. Nunca llegó a pasar nada, pero en mi hermoso mundo de fantasía nos llegamos a casar e incluso a tener mil hijos. Cuando estaba con ella yo también me sentía mirado. Es que eso me daba status y me ubicaba en un sitio que mezclaba la admiración, la envidia y también el poder. No es este el momento de h
Un lugar nada común en el mundo con pensamientos propios lejos de modelos, modos de acción, universales y rutinas impuestas. Un lugar en el mundo de libertad y expresión. Un lugar en el mundo para la originalidad. Sin pretensiones de ser el mundo, tan solo un lugar para estar.