En la misma cuadra donde yo vivo, vive Joel. No se muy bien cómo definirlo, pero debo admitir que Joel es un poco mi ídolo. Mientras juego a la pelota en la puerta de casa lo veo pasar siempre en su bicicleta. Tal vez sorprenda que me detenga en su bicicleta, pero de verdad la suya es especial. Yo también tengo una bici, pero es distinta porque la suya tiene cambios, a la noche tiene luces que permiten verla desde la esquina, las ruedas no se desinflan como las mías y su asiento tiene algo que parece más cómodo. La bicicleta de Joel, de verdad es diferente. Yo siempre soñaba con usarla. No pretendía irme lejos ni dar una vuelta grande sino que solamente una cuadra, dos pedaleadas. El problema es que para eso antes tenía que hacerme amigo suyo. Antes de dormir yo rezaba todas las noches para que se diera el milagro. No quería desmedirme en el pedido. Por eso a la Virgencita no le pedía una bicicleta como la de Joel sino solamente hacerme un poco amigo de él como para animarme a p
Un lugar nada común en el mundo con pensamientos propios lejos de modelos, modos de acción, universales y rutinas impuestas. Un lugar en el mundo de libertad y expresión. Un lugar en el mundo para la originalidad. Sin pretensiones de ser el mundo, tan solo un lugar para estar.