La vida, queriendo o sin querer, te ubica en lugares comunes. Espacios tuyos, propios, que nadie duda que hablan de vos. Y vos mismo –o yo mismo- los tomamos como propios, como comunes porque en el fondo nos dan seguridad. Ahora bien, ¿qué pasa cuando la vida te da un lugar con cierta trascendencia social y te ves imposibilitado a cumplir? Es decir, ahora que yo “me voy”, ¿quién se encargará de ocupar “mis” Lugares Comunes? Atento a esta inquietud dejo 10 consejos para quien tome la posta de mis lugares comunes (en su amplitud, en su variedad, pero “mios”). Tal vez suene a testamento aunque claramente no lo es: espero que el día que llegue ese día ya me haya liberado de todos –tantos- Lugares Comunes. 1. Antes de cada viaje en mi familia siempre era el encargado de ordenar el equipaje en el baúl. Para quien asuma esa función le advierto que no sea crea un gran ingeniero por poder hacerlo tan bien como yo lo hacía ya que seguramente tenga el beneficio que cada vez quedan meno
Un lugar nada común en el mundo con pensamientos propios lejos de modelos, modos de acción, universales y rutinas impuestas. Un lugar en el mundo de libertad y expresión. Un lugar en el mundo para la originalidad. Sin pretensiones de ser el mundo, tan solo un lugar para estar.